«Esta decisión rompe con la esencia del PRI y los principios de no reelección que han guiado al partido desde su fundación.»
Ciudad de México, 4 de julio de 2024 — Se armó la gorda en el PRI. Alejandro «Alito» Moreno quiere quedarse como presidente del partido por ocho años más, y no todos están contentos con la idea. Los pesos pesados del partido, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes, están poniendo el grito en el cielo, diciendo que esta movida va en contra de los principios históricos del PRI, que siempre ha rechazado la reelección.
Beltrones, que acaba de ser electo senador, ha decidido que a partir de septiembre va a trabajar como independiente, siguiendo sus propias convicciones. «No voy a coordinar la bancada del PRI», dijo, dejando claro que no quiere saber nada de los planes de «Alito».
Y no es el único. Claudia Anaya, otra senadora, también se ha sumado al coro de los descontentos. Sin embargo, «Alito» no está solo. Ha logrado que el 75% de la nueva bancada del PRI esté compuesta por sus aliados. Entre ellos están figuras conocidas como Cynthia López (CDMX), Manuel Añorve (Guerrero) y Carolina Viggiano (Hidalgo).
En una reunión reciente, «Alito» le soltó a algunos expresidentes del partido su plan de permitir reelecciones hasta dos veces más, tanto para él como para la secretaria general. Esto no cayó nada bien. Beatriz Paredes y Manlio Fabio Beltrones dejaron claro su desacuerdo, insistiendo en que esta decisión traiciona los ideales del PRI.
Dulce María Sauri, otra exdirigente del PRI, también está molesta. Según ella, la asamblea convocada por «Alito» es apresurada y debería hacerse después de las elecciones presidenciales de 2024. «Primero hay que terminar el proceso electoral y luego hablamos de estas cosas», dijo.
En medio de todo este alboroto, varios exdirigentes como Sauri, José Natividad González, José Reyes Baeza y Héctor Astudillo Flores han formado el Frente Amplio de la Renovación del PRI. Quieren reformar y revitalizar el partido frente a estas controversias.
El PRI, que hoy en día apenas cuenta con un 11% de apoyo electoral, se encuentra en una encrucijada. La interna está caliente y hay mucha incertidumbre sobre lo que pasará en los próximos meses. Los priistas de a pie y la dirigencia están atentos, sabiendo que las decisiones que se tomen ahora podrían definir el futuro del partido en la política mexicana.
¿Podrá el PRI salir de esta crisis más fuerte o será el principio del fin? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que vienen tiempos movidos para el partido tricolor.