Altas temperaturas en zonas urbanas también afectan a animales de compañía: Cachorros, perros y gatos chatos, con poco pelaje, de edad avanzada o con algún padecimiento son los más vulnerables
Sandra Delgado
En fechas recientes se han registrado olas de calor en el país que han batido récords. Estos fenómenos no sólo han afectado al humano, sino a animales que experimentan el sobrecalentamiento de forma distinta a la nuestra y, por ello, requieren mayor atención y cuidados.
“Los humanos combatimos las temperaturas altas a través del sudor, pero perros y gatos carecen de glándulas sudoríparas y por ello jadean, se tiran al piso fresco, toman agua o se resguardan en alguna zona fría. Debemos vigilarlos porque a diferencia de nosotros, ellos no pueden decidir sobre cómo refrescarse”, indica Ylenia Márquez Peña, académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Hay perros y gatos braquicéfalos (chatos), una condición que les dificulta disipar el calor, ya que por esa fisonomía anómala al jadear se inflaman sus vías respiratorias, respiran con dificultad, se esfuerzan por tomar aire, les aumenta la temperatura y pueden experimentar el llamado “choque calórico”, un padecimiento potencialmente mortal que genera daño a los tejidos y una falla multisistémica de riñones, pulmones, corazón, sistemas digestivo y nervioso. Por ello es necesario evitarles condiciones ambientales adversas.
“Otro riesgo que corren son las quemaduras por exposición al Sol. Las razas que carecen de pelo, como el xoloitzcuintle, son más propensos a esto. Incluso hay quienes rapan a las razas con mucho pelaje, como san bernardos o terranovas, supuestamente para refrescarlos, pero esto es un error porque los desprotegen de los rayos solares. Lo mejor es cortarles el pelo no tan al ras”, advierte.
La deshidratación también es una consecuencia del calor excesivo, indica la académica del área de Urgencias y Terapia Intensiva del Hospital Veterinario de Especialidades. Al exponernos a temperaturas altas el sistema orgánico fisiológico (que permite la regulación perfecta con el agua) trabaja todo el tiempo, de ahí la sensación de sed.
“Es nuestra responsabilidad proveerles líquido potable y fresco en recipientes higiénicos, ya que en éstos suelen quedar residuos o depósitos de bacterias o desechos orgánicos, lo cual provoca mal olor. Hemos recibido pacientes intoxicados con cloro porque, al tener en su plato agua contaminada, buscan dónde hidratarse y a veces lo hacen de cubetas con químicos”, menciona.
Los animales de compañía con mayor riesgo de deshidratación –asevera– son los que tienen una edad avanzada o alguna enfermedad renal, cardiaca, digestiva, endocrina u obesidad, debido a que poseen un menor porcentaje de agua en el cuerpo. Los cachorros también, porque tienen organismos aún inmaduros fisiológicamente para regular de forma adecuada sus estados de hidratación.
“Cuando estamos en el tránsito o hacemos un viaje en automóvil con nuestras mascotas y la temperatura es elevada, es probable que se lleguen a deshidratar, por lo que será conveniente prepararnos con bebederos, platos y hacer paradas para que puedan refrescarse en un lugar a resguardo del Sol”, aconseja.
La universitaria destaca que los principales padecimientos de los animales de compañía en época de calor son deshidratación, choque calórico o quemaduras por exposición al Sol, sobre todo en aquellos ejemplares que pasan mucho tiempo a la intemperie.
“Debemos vigilar que nuestros perros o gatos tengan las mucosas nasales hidratadas, así como el belfo y los ojos. Si se perciben pegajosos u opacos entonces hay signos de deshidratación y debemos llevarlos al veterinario. También es necesario vigilar sus cojinetes, ya que por lo caliente del asfalto llegan a quemarse a tal grado que se enrojecen. La recomendación es no pasearlos entre las 11 de la mañana y las cinco de la tarde, lapso en que la radiación solar está muy fuerte”, subraya.
Márquez Peña concluye que las altas temperaturas experimentadas en zonas urbanas se dan por carencia de vegetación. Si queremos proteger a los animales y a nosotros mismos debemos cuidar el ambiente y promover zonas con árboles que generen buen follaje.