Ciudad de México, 24 de septiembre de 2024 — En un hecho sin precedentes, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad (478 votos a favor) una reforma al artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que garantizará que los salarios mínimos nunca estarán por debajo de la inflación. La medida, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue remitida de inmediato al Senado para su ratificación
La reforma, que forma parte del llamado «Plan C» anunciado por el mandatario el pasado 5 de febrero, establece que sectores clave como la educación, la seguridad y la salud se verán beneficiados de manera directa. Profesores de nivel básico, policías, guardias nacionales, miembros de las Fuerzas Armadas, así como médicos y enfermeros, recibirán un salario mensual no inferior al promedio registrado ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que actualmente se ha fijado en $16,777.78 pesos. Este monto será ajustado anualmente con base en la inflación proyectada por el Banco de México.
La aprobación de esta iniciativa busca dignificar las condiciones laborales de estos sectores esenciales y fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores, en especial aquellos cuyas percepciones salariales han sido erosionadas por el alza constante de los precios. Además, se espera que la medida fomente un ambiente más atractivo para la inversión en el país, al brindar estabilidad y justicia salarial.
El dictamen fue avalado por la Comisión de Puntos Constitucionales y recibió elogios tanto del oficialismo como de la oposición. El diputado morenista Pedro Miguel Haces Barba calificó la reforma como «un paso fundamental para garantizar la justicia salarial», mientras que la oposición, en consenso, reconoció que la medida beneficiará a los trabajadores del país y fortalecerá su poder adquisitivo.
La aprobación fue celebrada en San Lázaro por un grupo de profesores del estado de Veracruz, quienes, desde el balcón de invitados, calificaron la reforma como «una conquista histórica». La legislación marca un cambio significativo en la política laboral mexicana, en un país donde por décadas los salarios mínimos han sido insuficientes para mantener el nivel de vida frente a la inflación.
Ahora, la atención se centra en el Senado, donde se espera que la ratificación de la reforma se concrete en los próximos días, consolidando así un cambio estructural en la política salarial de México.