Por Lidia Bonilla / RealidadesMx
Ciudad Victoria, Tamaulipas, 21 de julio de 2025.
El gobierno de Tamaulipas presentó este lunes los resultados del Instituto Tamaulipeco para el Migrante (ITM) correspondientes al primer semestre del año, destacando acciones en materia de atención humanitaria, trámites de identidad y vinculación con la diáspora tamaulipeca en Estados Unidos.
El titular del ITM, Juan José Rodríguez Alvarado, aseguró que los logros reportados responden a la política “humanista e incluyente” del gobernador Américo Villarreal Anaya y a su compromiso con los sectores más vulnerables. Sin embargo, el reporte oficial omite desafíos fundamentales que limitan el impacto real de dichas acciones y deja fuera temas sensibles que afectan directamente a las personas en movilidad.
Cifras sin evaluación de impacto
Uno de los resultados más destacados fue la capacitación de más de 3,400 servidores públicos en derechos humanos y atención migratoria. Aunque la cifra es significativa, no se ofrecieron datos sobre la calidad de estas capacitaciones, su duración o su impacto en el trato cotidiano hacia personas migrantes, refugiadas o desplazadas.
El boletín también informa sobre la entrega de 300 actas de doble nacionalidad a niñas, niños y adolescentes nacidos en el extranjero, así como la gestión de 130 pasaportes estadounidenses para hijos de padres tamaulipecos. Aunque estas acciones contribuyen al acceso a derechos civiles y la movilidad legal, el informe no menciona las barreras estructurales que enfrentan muchas familias —como el acceso a documentos, los costos asociados o la burocracia transfronteriza— para completar estos trámites.


Asistencia alimentaria y educación: cifras y silencios
En cuanto a la asistencia humanitaria, se reportó la entrega de 277,412 porciones de alimentos en albergues de Reynosa y Matamoros. No obstante, se omiten aspectos clave como la calidad nutricional, la duración del apoyo o las condiciones físicas de estos espacios, que han sido señaladas en años anteriores por organizaciones independientes.
En el ámbito educativo, el ITM informó que 88 menores migrantes fueron incorporados al sistema básico en la frontera. Si bien se trata de un avance importante, la cifra resulta limitada ante el volumen de tránsito migrante en la región, y no hay información sobre cuántos menores quedaron fuera por falta de documentación, barreras lingüísticas o discriminación.
Refugio y diáspora: logros simbólicos
El Instituto también reportó haber acompañado 50 solicitudes de refugio ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) en Matamoros y Reynosa. El número contrasta con la creciente demanda de protección internacional en la frontera y no se detalla si los casos corresponden a personas en situación de riesgo o si se logró algún estatus favorable.
Por otro lado, se destacó la creación de cuatro clubes de tamaulipecos en Estados Unidos, con el objetivo de fortalecer vínculos culturales y de cooperación binacional. No se especifica el alcance de su labor ni si participan en programas estatales de apoyo a migrantes o de inversión comunitaria.
Ausencias preocupantes
El informe del ITM omite por completo temas centrales como la atención a niñas, niños y adolescentes no acompañados, la violencia de género en contextos migratorios, o las condiciones en estaciones migratorias. Tampoco se menciona la colaboración —o ausencia de ella— con organizaciones de la sociedad civil, que históricamente han tenido un papel crucial en la atención directa y la defensa de derechos en la frontera.
Finalmente, no hay información sobre el presupuesto ejercido ni sobre los criterios de distribución de recursos, lo que impide evaluar si los esfuerzos del instituto son sostenibles o estratégicamente focalizados.
Más allá del discurso
Aunque las cifras presentadas reflejan ciertos avances en la gestión migratoria, el enfoque institucional continúa priorizando la narrativa de cumplimiento gubernamental antes que el análisis crítico de fondo. Para muchas personas migrantes, solicitantes de asilo y desplazadas internas, las necesidades siguen siendo urgentes y las respuestas del Estado, fragmentarias.
Tamaulipas se mantiene como un territorio clave en las rutas migratorias del país, y el verdadero reto no es sólo cuantificar acciones, sino garantizar derechos en condiciones de dignidad, transparencia y corresponsabilidad.