Ciudad de México, 25 de septiembre de 2024.– Con una abrumadora mayoría de 128 votos a favor, el Senado de la República aprobó una reforma constitucional trascendental que fortalece los derechos de las comunidades indígenas y afromexicanas en México. La modificación al artículo 2 de la Constitución consagra el derecho de estos pueblos a la libre determinación, permitiéndoles decidir sobre sus territorios, recursos naturales, formas de gobierno, y la preservación de su cultura e idiomas.
Este avance no solo representa un reconocimiento simbólico de la importancia de los pueblos originarios, sino que establece un marco legal que les otorga una mayor autonomía. El Estado mexicano, tradicionalmente visto como un ente paternalista en estos temas, ahora se posiciona como facilitador, respetando las decisiones internas y estructuras de estas comunidades, garantizando así su verdadera autodeterminación.
Uno de los aspectos más innovadores de la reforma es su enfoque en la inclusión de políticas públicas con perspectiva intercultural y de género. Este componente busca atender a sectores históricamente marginados, en particular a las mujeres indígenas, quienes han enfrentado una doble exclusión: por su género y por su origen étnico. La reforma asegura que estas mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos en igualdad de condiciones, lo que representa un avance significativo en la lucha por la equidad.
A pesar de que senadoras y senadores como Claudia Edith Anaya Mota (PRI), Amalia García Medina (MC) y Miguel Márquez Márquez (PAN) presentaron reservas sobre el proceso de consulta a los pueblos originarios y los derechos de las mujeres, dichas propuestas no fueron aceptadas por la mayoría del pleno. El dictamen fue aprobado en sus términos originales, tanto en lo general como en lo particular, mostrando el sólido consenso en torno a la importancia de este cambio constitucional.
Ahora, el proyecto ha sido remitido a las legislaturas estatales para su consideración y eventual ratificación. Este es un paso fundamental en la lucha por los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos, brindándoles herramientas clave para proteger sus tierras, recursos y patrimonio cultural, al tiempo que se asegura su participación en las decisiones que afectan su futuro dentro de la nación.
Con esta reforma, México avanza hacia la construcción de un Estado más inclusivo y justo, donde las voces de las comunidades históricamente vulneradas se escuchan y se respetan de manera integral.
Mientras tanto la Senadora Verónica Camino Farjat, de Morena. señaló que es un avance crucial para saldar una deuda histórica con estos sectores de la población; explicando al respecto que la reforma reconoce a los Pueblos Originarios y Afromexicanos como sujetos de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Lo que les otorga la facultad de elegir la forma de gobierno en la que desean desarrollarse y la autonomía para administrar sus recursos naturales.
Beneficios directos para la comunidad maya en Yucatán
En el caso específico de Yucatán, apuntó, esta reforma impacta directamente a más de 700 mil hombres y mujeres mayas, quienes forman parte esencial de la riqueza cultural del país. La legisladora destacó que estas comunidades no solo son un pilar cultural, sino que también han luchado históricamente por la defensa de su territorio. Ahora, con esta reforma, se reivindica su dignidad y su historia.
Destacó, que esta reforma también aborda la protección del patrimonio cultural, material e inmaterial, de las comunidades. Esto incluye medidas para evitar la apropiación indebida de su cultura, tales como la piratería de obras y productos artesanales. Asimismo, se promueve la conservación de las lenguas indígenas, consolidando una herramienta clave para la preservación cultural.
Un aspecto destacado por la senadora fue la inclusión efectiva de las mujeres indígenas y afromexicanas en la toma de decisiones públicas. «Con esta reforma, garantizamos su participación activa en procesos que afectan directamente a sus comunidades y territorios», concluyó Camino Farjat.