• 16 de agosto de 2025 8:56 pm
Noticias y Acciones Relevantes desde Tamaulipas y otros lugares

Reviven en Chiapa de Corzo la ancestral representación de Alferéz y Nahuarés

PorREALIDADESMX

Ago 12, 2025

Primer Plano Magazine/Noé Juan Farrera Garzón. –

Cada 8 de agosto, en pleno corazón del Pueblo Mágico de Chiapa de Corzo, se lleva a cabo una de las expresiones culturales más simbólicas y significativas de Chiapas: la representación ritual de los Alferéz y Nahuarés. Esta tradición, profundamente arraigada en la comunidad, revive el encuentro —a veces armonioso, a veces conflictivo— entre dos mundos: el indígena y el europeo.

La celebración coincide con la festividad de Santo Domingo de Guzmán, patrono del pueblo, y se realiza en la explanada junto a la emblemática iglesia del mismo nombre. Desde temprano, niñas y niños participan montando caballitos de palo, representando a ambos grupos, mientras que por la tarde los adultos escenifican una batalla ritual con machetes, acompañados por el retumbar de tambores y carrizos.

Aunque el ritmo y el vestuario podrían sugerir una danza, no lo es: se trata de una representación ritual cargada de simbolismo.

Los Alferéz, cuyo nombre proviene del árabe al-fāris (jinete), simbolizan a los soldados europeos. Su vestimenta está compuesta por camisas amarillas, pantalones rojos y penachos del mismo color. Montan caballos reales o de palo, evocando el poder militar colonial.

En contraste, los Nahuarés —nombre derivado del término chiapaneca Na’guaré, que significa “cara de madera”— representan a los pueblos originarios. Portan máscaras similares a las de los parachicos, adornadas con listones multicolores, que simbolizan la resistencia, la memoria y la persistencia cultural.

Este ritual no solo conmemora las antiguas batallas entre moros y cristianos, como ocurre en otras regiones de México y España, sino que también está íntimamente ligado con los ciclos solares y la cosmovisión mesoamericana, pues coincide con las posiciones cenitales del sol los días 3 de mayo y 9 de agosto.

La escenificación de Alferéz y Nahuarés trasciende el folclore. Es un diálogo entre el pasado y el presente, una afirmación de la identidad chiapaneca que cobra vida fuera del marco de la Fiesta Grande de Enero, cuando las máscaras de parachico vuelven a aparecer exclusivamente para esta ocasión.

Presenciar este ritual es adentrarse en una historia viva, donde la comunidad honra su herencia, reafirma sus raíces y celebra la resistencia de sus pueblos a través de un acto lleno de color, fuerza y espiritualidad.
.
.
.
.