Por Lidia Bonilla | RealidadesMx
En la 23ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), todos los largometrajes mexicanos en competencia contaron por primera vez con algún tipo de apoyo público, marcando un precedente en la política cultural y cinematográfica del país.
El principal galardón, el Ojo al Mejor Largometraje Mexicano de Ficción, fue para La reserva, dirigida por Pablo Pérez Lombardini, mientras que el Ojo a Mejor Largometraje Documental Mexicano recayó en Llamarse Olimpia, de Indira Cato. Ambas producciones recibieron apoyo del Fondo de Fomento al Cine Mexicano (FOCINE) y del estímulo fiscal EFICINE, mecanismos impulsados por el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).

En total, 20 películas participantes fueron financiadas a través del FOCINE, 11 mediante EFICINE, 5 por el Estímulo a la Creación Audiovisual para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes (ECAMC), y 10 producidas por el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Este abanico de respaldos públicos revela el papel estratégico del Estado en el sostenimiento de la diversidad narrativa del cine nacional.
El listado de filmes apoyados incluye obras de reconocidos creadores como Rigoberto Perezcano (Los amantes se despiden con la mirada), Paula Markovitch (Ángeles), David Pablos (En el camino), Daniel Giménez Cacho (Juana), y Kim Torres (Si no ardemos, cómo iluminar la noche), entre otros.
Además, la plataforma NuestroCine.mx del IMCINE ofreció funciones virtuales gratuitas, mientras que Impulso Morelia, el espacio de apoyo a producciones en postproducción, reforzó la presencia de nuevos talentos nacionales.
El propio festival también recibió respaldo del programa Profest, destinado a fortalecer los encuentros culturales y artísticos del país, consolidando así una red de colaboración entre el sector público y la comunidad cinematográfica mexicana.
“Esta edición demuestra que las políticas públicas pueden traducirse en historias que llegan a la pantalla grande y fortalecen la identidad cultural del país”, destacó la Secretaría de Cultura en su comunicado.
Con este balance, el FICM 2025 no solo celebró el talento emergente, sino también la articulación de un modelo de financiamiento que apunta a democratizar el acceso a la producción cinematográfica



