-La gigante de ultraprocesados utiliza su influencia para moldear políticas públicas, desplazando la lactancia materna y promoviendo fórmulas infantiles.
Ciudad de México, 05 de agosto de 2024.-En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, El Poder del Consumidor (EPC) ha lanzado un alarmante reporte sobre cómo Nestlé, la mayor corporación de alimentos ultraprocesados del mundo, está capturando las políticas de salud pública en México.
Nestlé, conocida por su amplio rango de productos desde papillas hasta bebidas azucaradas, ha convertido a México en un bastión estratégico, siendo el único país en América Latina con fábricas para todos sus segmentos de negocio. Esta omnipresencia no solo afecta al mercado, sino que también se extiende a la salud pública, utilizando una red de convenios y contratos con instituciones de salud y educación para proteger sus intereses.
EPC ha revelado que Nestlé ha violado consistentemente el Código de Sucedáneos de la Leche Materna, con campañas publicitarias dirigidas agresivamente hacia las madres, desplazando la lactancia materna y poniendo en riesgo la salud de los niños. El estudio destaca que las prácticas inadecuadas de lactancia materna en México cuestan entre 745.6 y 2,461.5 millones de dólares al año, un costo que se eleva debido a la compra de fórmulas infantiles promovidas por Nestlé.
Pero, ¿cómo logra Nestlé esta influencia? A través de su participación en 36 cámaras empresariales y asociaciones civiles, programas de responsabilidad social empresarial y la financiación de investigaciones y formación de profesionales de la salud. Estas estrategias le permiten tener una presencia constante en las decisiones que afectan la salud, nutrición, educación y gestión de recursos naturales en México.
Christian Torres, de El Poder del Consumidor, menciona que entre el 58% y el 75% de las ventas de Nestlé provienen de productos no saludables, asociados a enfermedades no transmisibles. En un mercado donde la compañía ocupa el 51% de los alimentos para infantes, su influencia es indiscutible y preocupante.
Paulina Magaña, también de EPC, resalta que desde su llegada a México en los años 30, Nestlé ha consolidado su poder con 17 fábricas en 7 estados, convirtiéndose en el segundo país con más ventas en Latinoamérica y el primer proveedor mundial de café.
El llamado es claro: es urgente monitorear y regular las acciones de Nestlé para proteger la salud pública y la lactancia materna en México. Las empresas pueden contribuir positivamente a la sociedad, pero no a costa de la salud de nuestros niños. La comunidad, los profesionales de la salud y los legisladores deben unirse para cerrar la brecha y apoyar la lactancia materna, garantizando un futuro más saludable para todos.
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