Al establecer un régimen de custodia, las autoridades judiciales deben atender de manera exclusiva al interés superior de la niñez, principio que coloca a las personas menores de edad en el centro de las decisiones familiares.
De acuerdo con una sentencia reciente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la coparentalidad se concibe como un derecho de niñas y niños a convivir y ser cuidados por ambos progenitores, aun cuando exista separación o conflicto entre los padres.
La resolución enfatiza que la custodia y los acuerdos derivados no deben interpretarse como privilegios para el padre o la madre, sino como una obligación de garantizar el bienestar, la estabilidad emocional y el pleno desarrollo de los menores.
Este criterio retoma estándares internacionales, como la Convención sobre los Derechos del Niño, que obliga a los Estados a proteger la relación de los infantes con ambos progenitores siempre que ello no represente un riesgo para su seguridad o integridad.
Con esta sentencia, la Corte busca reafirmar que el derecho a la coparentalidad pertenece a la niñez y que el papel de las autoridades es asegurar que cada decisión priorice su cuidado y convivencia equilibrada.
