• 23 de julio de 2025 8:42 am
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La casa vacía y el Estado armado: cuando el periodismo estorba

PorREALIDADESMX

Jul 22, 2025

Por Lidia Bonilla
Periodista y defensora de derechos humanos

El 12 de junio, sin que mediara orden judicial ni justificación pública, fuerzas estatales y federales irrumpieron en la casa de la fotoperiodista Luz del Alba Velasco Gordillo, en Comitán, Chiapas. Lo hicieron con candados forzados, vehículos blindados cerrando calles y hombres armados desplegados en las esquinas. Una escena de guerra contra un domicilio vacío.

Velasco no estaba en casa. Participaba en un encuentro periodístico fuera del estado. Se enteró ocho días después, gracias a su sistema de videovigilancia. Lo que encontró no fue solo una violación a su privacidad, sino un mensaje claro y brutal del poder: te estamos vigilando, podemos entrar donde sea, cuando queramos.

Esta no es una anécdota aislada. Es un síntoma de un país donde el periodismo molesta, estorba, incomoda. Y donde las instituciones que deberían garantizar derechos operan como herramientas de intimidación.

📉 Periodismo bajo asedio

México no necesita más advertencias para demostrar su hostilidad hacia la prensa. Según datos de Artículo 19, en el país se agrede a un periodista cada 16 horas. El 2024 cerró como uno de los años más violentos para el gremio en tres décadas, y 2025 ya acumula más asesinatos y agresiones que el año anterior, especialmente en contextos locales y rurales, donde la cobertura de temas como narcotráfico, corrupción y conflictos sociales pone a las y los reporteros en la mira.

Velasco ha cubierto por años la violencia estructural en Frontera Comalapa, San Juan Chamula, Ocosingo, La Trinitaria y el territorio fronterizo con Guatemala, zonas donde el Estado a menudo se ausenta… o actúa del lado equivocado.

La vivienda allanada no es solo su hogar. Es también su espacio de trabajo, su archivo, su memoria periodística. La irrupción sin orden judicial, sin explicación y con uso excesivo de fuerza, parece más una advertencia mafiosa que una diligencia oficial.

⚠️ ¿Quién manda callar?

El patrón es evidente. Se multiplican las formas sutiles y violentas de mordaza institucional: desde la negación de información pública, el acoso digital, las demandas por daño moral, hasta acciones como el cateo sin orden. Lo que no se puede controlar, se vigila. Lo que no se puede comprar, se persigue.

No basta con discursos desde el poder que se dicen «respetuosos de la libertad de expresión». Los hechos desmienten cualquier promesa. Los aparatos de seguridad actúan sin controles, sin transparencia y con objetivos políticos.

Velasco, como muchas otras, no pidió privilegios ni impunidad. Solo pidió respuestas: ¿Qué buscaban? ¿Por qué irrumpieron en su casa? ¿Existe una orden en su contra?

Nadie le ha respondido.

📣 No callar

El caso de Luz del Alba debería alarmarnos. Porque si a una periodista que documenta los márgenes le pueden allanar la casa sin consecuencias, mañana pueden hacerlo con cualquiera.

En un país donde el poder silencia con balas, miedo o expedientes, el periodismo debe hablar más fuerte. Denunciar, incomodar, resistir. Y nunca, nunca, dejar de preguntar: ¿quién tiene miedo de la verdad?


📌 Contexto adicional:

Articulo 19 documento en el 2024 más de 600 agresiones a periodistas señalando como zonas de mayor riesgo los estados de Guerrero, Veracruz, Michoacán, Chiapas, Tamaulipas, quedando impunes más del 95% de las agresiones.