Por Lidia Rita Bonilla Delgado
¡COMAPA- Altamira penaliza por Cero Consumo! 💧💸
En un país que grita a voces la necesidad de cuidar cada gota, me pregunto: ¿De qué sirve el discurso oficial si el sistema te castiga por ser responsable?
Soy una adulta mayor, cuidadora de mi madre, y como cientos de vecinos en esta región, en este municipio de Altamira, hemos vivido semanas de lluvia intensas y constantes, por un lado, por otro, falta del vital liquido para los usuarios de la COMAPA., en algunos sectores como en el que vivo, donde se ven reflejados constantemente el el chat del grupo de vecinos, esto, por argumentos diversos.
Lejos de ignorar este regalo natural, y como es nuestra costumbre desde hace muchos años como pequeñas gestora hídricas. Con nuestros recursos e ingenio y tres tinacos de 200 litros, cubetas y tinas, hemos logrado algo que las autoridades solo desean: reducir nuestra dependencia del agua entubada a casi cero, mientras hay temporal de aguaceros.
Utilizamos el agua de lluvia para lo que no requiere purificación: lavar ropa, limpiar el patio, las ventanas, e incluso para el servicio sanitario. Llegamos incluso a poner un tanto de vinagre y bicarbonato para lavar trastes y desinfectar alimentos. Mi recibo debería ser la prueba de mi compromiso ambiental. Podría ser, sin lugar a duda, un ejemplo a seguir: La optimización del uso del vital liquido
La Indignidad de la Cuota Mínima
Mi sorpresa, y la de mi madre, fue mayúscula cuando acudimos a realizar el pago anual de nuestra tarifa preferencial. En lugar de un descuento, la respuesta del organismo operador fue un cobro más alto: al preguntar la razón del cobro casi 200 esos más, explicaron que era una penalización por «cero consumo», argumentaron, debería gastar cuando menos un metro cubico, para que me respeten la tarifa preferencial.
Me explicaron, con una frialdad administrativa que duele, que su sistema aplica automáticamente una tarifa mayor a quienes registran consumo cero, sin importar las circunstancias. En sus ojos, mi captación pluvial no es un acto de conciencia ciudadana; es una falla en su contabilidad. Soy una «cifra atípica» que rompe su esquema de recaudación., incluso, preguntaron si vivo en ese domicilio.
La realidad es que, para el organismo operador, el agua no es un derecho humano ni un recurso vital que se deba conservar; es simplemente una mercancía y una fuente de ingreso que debe ser consumida.
Este organismo se comporta como un simple recaudador ciego e insensible, más preocupado por llenar sus arcas que por alentar la sustentabilidad. Castiga nuestro esfuerzo (porque hay que trasladar el agua de los tanques a la lavadora, al baño, a la cocina, y a todas las áreas donde se utiliza), y premia la ineficiencia. Desincentiva el ahorro, obligándonos, de facto, a «desperdiciar» una mínima cantidad del suministro público solo para evitar la penalización.
🗣️ Un Llamado a la Sensibilidad y la Visión
Este caso no es solo sobre mi recibo. Es un espejo de la falta de visión social y ambiental en la administración pública.
- Vulneración a Sectores Preferenciales: Si el sistema castiga a quienes tienen derecho a una tarifa preferencial por cuidar el recurso, ¿qué apoyo real ofrece a los sectores más vulnerables?
- Contradicción Política: Mientras las campañas gubernamentales nos piden «cuidar el agua» e invierten en proyectos de captación, la letra chica de su reglamento me dice: «si ahorras, pagas más».
Hacemos un llamado a las autoridades y al organismo operador que revisen de inmediato sus esquemas tarifarios. El ahorro, la reutilización y la captación pluvial deben ser acciones reconocidas, valoradas y premiadas, nunca castigadas.
¡Cuidar el agua no puede ser una multa! Es tiempo de que el sistema se alinee con la crisis hídrica que enfrentamos y demuestre que su compromiso ambiental va más allá de un simple eslogan.

