Por RealidadesMx
Noviembre 2025
En política, escuchar es fácil. Lo difícil es responder con hechos.
El Poder Judicial de Tamaulipas, encabezado por la magistrada presidenta Tania Gisela Contreras López, participó esta semana en los llamados “Diálogos sobre la Reforma Electoral” en el campus sur de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT). Un foro que, según el discurso oficial, busca recoger opiniones ciudadanas y académicas para fortalecer la democracia.
Pero más allá del aplauso, la pregunta es inevitable: ¿qué tan abiertos son estos diálogos? ¿y qué se hace con lo que ahí se dice?
El discurso institucional insiste en palabras nobles —“escuchar, reflexionar, participar”—, pero se queda en la superficie. Ningún comunicado ni intervención pública ha detallado qué propuestas concretas fueron planteadas, cómo serán incorporadas al proceso de reforma o quién garantizará que las voces ciudadanas tengan peso real en el documento final.
La participación ciudadana sin mecanismos de transparencia es una forma elegante de simulación.
Tamaulipas no necesita foros que acumulen relatorías; necesita resultados verificables.


Un foro entre símbolos y silencios
El encuentro reunió a representantes de organizaciones civiles, académicos y autoridades electorales, pero la información disponible apenas roza lo descriptivo: se habló de autoridades electorales, justicia electoral y financiamiento a partidos. Puntos importantes, sí, pero ¿qué se dijo sobre la violencia política de género, la opacidad judicial, o la independencia de los tribunales locales?
Silencio.
La presidenta del Poder Judicial subrayó la importancia de conocer cómo se percibe el sistema democrático en el norte, centro y sur del estado. Pero medir percepciones no equivale a corregir desigualdades. La democracia no se fortalece con impresiones, sino con decisiones.
El Poder Judicial bajo lupa
El contexto no es menor.
Contreras López encabeza un Poder Judicial que atraviesa una profunda reconfiguración tras la reforma impulsada por el gobernador Américo Villarreal. La creación del Tribunal de Disciplina Judicial y la renovación de magistrados prometen una “nueva era de legalidad y justicia”. Sin embargo, la ciudadanía aún espera señales concretas de independencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
La magistrada ha dicho que el Poder Judicial “no tolerará actos de corrupción” y que estos foros sirven para “recibir retroalimentación”. Pero la transparencia no se predica: se prueba.
Hasta hoy, el Tribunal de Disciplina no ha hecho públicos sus criterios ni las sanciones impuestas; tampoco existen informes accesibles sobre la actuación de jueces durante el proceso electoral.
¿Dónde están los datos? ¿Dónde están los resultados?
Entre la legitimidad y la confianza
El reto de Contreras López es doble: legitimar al nuevo Poder Judicial y devolverle la confianza a una ciudadanía que se siente excluida de las decisiones públicas.
Participar en foros puede ayudar, pero sin compromisos concretos, estos ejercicios se vuelven un ritual político —un eco amable donde el poder se escucha a sí mismo.
Si los Diálogos sobre la Reforma Electoral pretenden ser algo más que una postal institucional, deben garantizar tres cosas:
- Transparencia total de las relatorías, propuestas y conclusiones;
- Seguimiento público de las aportaciones incorporadas al documento final;
- Compromiso verificable de que las voces ciudadanas influyen realmente en las reformas.
Escuchar no basta.
En tiempos de desconfianza, la transparencia no es una concesión: es una obligación democrática.
Y en Tamaulipas, donde la justicia aún camina con sombra, abrir el diálogo sin abrir los resultados es solo otra forma de silenci
