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Crisis en el PRI: Expresidentes Acusan a Alejandro Moreno de Secuestrar el Partido

PorREALIDADESMX

Ago 11, 2024

Ciudad de México, a 11 de agosto de 2024. La reelección de Alejandro Moreno Cárdenas como presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha provocado una fuerte reacción de rechazo entre destacados exdirigentes del partido, quienes califican el proceso como ilegal y carente de legitimidad. Entre los críticos se encuentran Dulce María Sauri Riancho, Pedro Joaquín Coldwell, y Enrique Ochoa Reza, quienes han alzado la voz para denunciar lo que consideran una “farsa” y un “atraco” a la institucionalidad del partido.

Este domingo, la Asamblea Nacional del PRI culminó en la reelección de Moreno Cárdenas para un nuevo periodo de cuatro años, un hecho que los exlíderes consideran producto de una serie de violaciones a los estatutos del partido. «Este domingo se ha consumado la farsa», afirmaron Sauri, Coldwell y Ochoa en una declaración conjunta, en la que señalaron que la reelección es resultado de una Asamblea Nacional «ilegal», derivada de una reforma a los estatutos también ilegal y de un proceso de elección que carece de transparencia.

Los exdirigentes subrayan que la Asamblea Nacional estuvo plagada de irregularidades. Según sus afirmaciones, el reglamento para la organización de la Asamblea no fue aprobado por el Consejo Político Nacional (CPN), como lo exigen los estatutos del PRI en su artículo 83. Además, señalan que la información sobre los cambios a los estatutos que se votarían en la Asamblea fue deliberadamente escasa y que se restringió el acceso a las mesas de discusión, donde solo cien personas fueron acreditadas para participar en cada una, lo que en su opinión, limitó la participación de la militancia en decisiones clave para el futuro del partido.

Para Sauri, Coldwell y Ochoa, este proceso de reelección ha sido único en la historia del PRI, no solo por sus irregularidades, sino también porque se llevó a cabo «a puerta cerrada, sin propuestas, sin debate y sin un proyecto de futuro». Argumentan que la reelección de Moreno Cárdenas no solo contraviene los principios de paridad de género y equidad que el partido está obligado a respetar, sino que también impide la alternancia de género en la dirigencia, violando tanto la Constitución mexicana como los propios estatutos del PRI.

Los exlíderes también critican la postura del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al que acusan de ser permisivo ante las irregularidades del proceso. Según su testimonio, solo tres magistrados de la Sala Superior permitieron que la «larga cadena de ilegalidades» culminara en la reelección de Moreno. En particular, señalan como cuestionable el papel de la magistrada presidenta, Mónica Soto, quien remitió al PRI y al Instituto Nacional Electoral (INE) las impugnaciones presentadas por los expresidentes del partido, sin fijar una fecha límite para su resolución, lo que permitió que el proceso de reelección continuara sin obstáculos.

El daño ocasionado por este proceso, afirman Sauri, Coldwell y Ochoa, no es solo jurídico sino también moral. Aunque confían en que el INE y el Tribunal Electoral eventualmente anulen la Asamblea Nacional y todos los actos derivados de ella, incluyendo la reelección de la dirigencia, reconocen que «el daño moral ante la sociedad por los actos ilegales de la actual dirigencia será muy difícil de resarcir».

Los exdirigentes advierten que la lucha por la legalidad dentro del PRI está lejos de concluir. Con el respaldo de figuras destacadas como Fernando Galindo, Aurelio Nuño y Fernando Zendejas, han llevado su caso al INE, instando a la autoridad electoral a intervenir y evitar que un partido histórico como el PRI se convierta en «una isla autoritaria en el sistema democrático nacional».

Finalmente, los exdirigentes recordaron que la Ley Electoral es clara en cuanto a la imposibilidad de modificar los documentos básicos del partido una vez iniciado el proceso electoral, como lo establece el artículo 34 de la ley. También subrayan que el Estatuto del PRI, en su artículo 173, prohíbe el cambio de presidente nacional durante el proceso electoral federal, una disposición que, según ellos, ha sido ignorada en la reciente reelección de Moreno.

Con la legitimidad del proceso en duda y la militancia cada vez más dividida, el PRI enfrenta una de las mayores crisis en su historia reciente, mientras sus líderes históricos luchan por restaurar la legalidad y la democracia interna del partido.