Las cinco sedes se distribuyen en los municipios de Lázaro Cárdenas, Solidaridad, Felipe Carrillo Puerto (dos sedes), y Othón P. Blanco.
CANCÚN, Q. ROO.- El estado de Quintana Roo está en proceso de consolidar cinco nuevas sedes de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, una iniciativa impulsada por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. Este programa tiene como objetivo llevar educación superior a comunidades marginadas y pueblos indígenas a lo largo del país.
La inversión federal destinada a estos proyectos asciende a casi 90 millones de pesos, fondos que han sido gestionados directamente por las comunidades locales y autoridades indígenas. Además, se contempla la entrega de becas económicas mensuales de 2,400 pesos a los estudiantes, representando en muchos casos su principal fuente de sustento.
Las sedes se distribuyen en los municipios de Lázaro Cárdenas, Solidaridad, Felipe Carrillo Puerto (con dos sedes) y Othón P. Blanco, abarcando una superficie total de 26 hectáreas donadas por ejidos y autoridades municipales. En estas nuevas instalaciones se impartirán cinco carreras profesionales: Patrimonio Histórico, Cultural y Natural; Patrimonio Histórico, Industria de Viajes y Turismo; Formación Docente en Educación Básica (Maya-Español); y la Ingeniería en Procesos Agroalimentarios.
La implementación de los proyectos muestra avances notables. En Playa del Carmen, por ejemplo, se construye un plantel con una inversión de 11 millones 342 mil 211 pesos, mientras que en Kantunilkín se han destinado 38 millones 568 mil 601 pesos para una sede de Ingeniería en Procesos Agroalimentarios. En total, se reporta una matrícula de 938 alumnos y 33 docentes en estas nuevas sedes.
El programa se proyecta cerrar el sexenio con 200 sedes educativas en todo México. La directora general de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, Raquel Sosa, destaca que dos terceras partes de los estudiantes utilizan el transporte público para asistir a clases, y que la beca proporcionada es crucial para su mantenimiento económico.
Este modelo de autoconstrucción, con apoyo federal y gestión local, busca transformar el panorama educativo en regiones tradicionalmente desfavorecidas, proporcionando acceso a formación académica de calidad y promoviendo el desarrollo regional.