Destacó sentirse tranquilo y contento con su desempeño, enfatizando logros como la reducción de la pobreza y la desigualdad, y mencionando la “revolución de las conciencias” y el “humanismo mexicano” como bases de su legado.
Ciudad de México, 1 de septiembre de 2024 – En un evento cargado de simbolismo y emotividad, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su Sexto Informe de Gobierno desde el Zócalo capitalino, donde se dieron cita más de cien mil personas; el mismo espacio donde su movimiento político ha tomado forma a lo largo de los años. Rodeado de miles de seguidores, el mandatario no solo hizo un balance de sus casi seis años de gestión, sino que también utilizó el escenario para lanzar un claro mensaje de continuidad, desafío y consolidación de su proyecto de transformación.
López Obrador, visiblemente satisfecho, comenzó su discurso reiterando que se retira con la «conciencia tranquila» y «muy contento», dijo ante miles de seguidores congregados en la Plaza de la Constitución.
«Estoy por terminar mi mandato y quiero confesar, aquí en la plaza principal del país, en este Zócalo donde tantas veces nos concentramos durante nuestra lucha por la justicia y la democracia, me voy a jubilar con la conciencia tranquila y muy contento”
Entre logros de su administración en diversas áreas menciono, la reducción de la pobreza, el aumento del salario mínimo en más del 100%, la creación de más de 22 millones de empleos. la construcción de 202 Universidades para el Bienestar, la basificación de más de 46 mil médicos y enfermeras, y la creación del Sistema IMSS-Bienestar. Asimismo, destacó la autosuficiencia en producción de combustibles que se espera alcanzar en 2025 gracias a la refinería de Dos Bocas y la adquisición de Deer Park.
Tambien se dio tiempo en reiterados momentoa de mandatario elogiar a su sucesora en el cargo, la doctora Claudia Sheinbaum, quien agradeció la mención desde su lugar, en la primera fila, llevandose las manos al corazón, y saludando a los asistentes, mientras él arengaba: “¡Presidenta, presidenta!”.
“Es una mujer excepcional, experimentada, honesta y, sobre todo, de buenos sentimientos, de buen corazón, afín a los principios fundamentales de nuestro movimiento, de transformación, y auténtica defensora de la igualdad, de la libertad, de la justicia, de la democracia, de la soberanía, Claudia Sheinbaum”, aseguró.
Sin embargo, lejos de centrarse únicamente en los logros alcanzados, el presidente empleó la ocasión para enfatizar la importancia de mantener el rumbo trazado durante su administración. «Es indispensable seguir luchando para fortalecer lo alcanzado y continuar construyendo una patria nueva», afirmó, en un llamado claro a la movilización y el compromiso de sus simpatizantes.
Uno de los momentos más destacados de la jornada fue cuando AMLO interrumpió su discurso para organizar una consulta a mano alzada entre los presentes. Con esta acción, el presidente buscó legitimar públicamente la reforma al Poder Judicial, proponiendo que jueces, magistrados y ministros sean elegidos por voto popular, una medida que ha generado controversia dentro y fuera del país. “A ver, que levanten la mano los que piensan que es mejor que a los Ministros, Jueces y Magistrados los elija el pueblo”, preguntó López Obrador, provocando una ola de manos alzadas en señal de apoyo.
Este acto simbólico también fue utilizado por el presidente para enviar un mensaje directo al Gobierno de Estados Unidos, que ha expresado preocupación por las implicaciones de la reforma judicial en México. Recordando que la democracia en Estados Unidos comenzó con la elección popular de jueces, AMLO desafió a sus vecinos del norte a reflexionar sobre sus propias raíces democráticas. “Que no olviden eso, que en Estados Unidos así comenzó la democracia, eligiendo el pueblo a los jueces”, enfatizó.
El Zócalo, histórico escenario de muchas de las luchas de López Obrador, vibró con las consignas de apoyo a su gestión y su propuesta de reforma, mientras la multitud coreaba “¡Fuera Piña!”, en alusión a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, a quien el presidente ha criticado en varias ocasiones por su postura frente al Ejecutivo.
El discurso de López Obrador en el Zócalo fue, en esencia, un acto de reafirmación y continuidad. Aunque se despidió del cargo con emotividad, dejó claro que el proyecto de transformación que ha encabezado no culmina con su mandato. Al cerrar su intervención con el ya clásico “¡Viva México!”, AMLO selló su legado ante una multitud que sigue comprometida con su visión de un México más justo y soberano.