Por Lidia Bonilla | RealidadesMx
En las carreteras mexicanas, entre el rugido de los motores y los kilómetros interminables de asfalto, se mueve una película que también es una declaración: Nómadas de la 57. El documental, dirigido por Alberto Arnaut y José María Castro Ibarra, revela la vida invisible de los transportistas, quienes sostienen el flujo cotidiano de mercancías y, al mismo tiempo, cargan con la soledad, los riesgos y la precariedad del camino.


La historia sigue a Luz de Luna Clara, una mujer que se hizo trailera después de escapar de un matrimonio violento. Su voz guía el relato, y su mirada nos abre a un universo de trabajo duro, violencia estructural y resistencia. “Es una película sobre quienes ponen el cuerpo para que todo lo demás funcione”, dice Arnaut, reconocido por Hasta los dientes y A plena luz.
Más allá de la pantalla, Nómadas de la 57 es una apuesta por un modelo distinto de hacer y distribuir cine. En un país donde el 70% de las películas mexicanas no logran llegar ni a 50 salas, este documental busca romper las barreras del sistema de exhibición tradicional. Con apoyo de EFICINE Distribución, Impacta Cine y la Comunidad de Exhibición Cinematográfica (CEDECINE), la cinta se proyectará en paradores de carretera, espacios comunitarios y cineclubes de 20 estados.
Su ruta inicia el 17 de octubre, con funciones en la Cineteca Nacional de las Artes, Cinemex, Cine Tonalá, y otras sedes alternativas. Pero las primeras proyecciones —quizás las más simbólicas— serán a pie de carretera, en lugares como el restaurante El Durango en San José de Iturbide o el Parador Turístico San Pedro en Palmillas. Porque este filme no busca espectadores de gala, sino miradas que se reconozcan en el espejo del volante.
Detrás de este proyecto hay una campaña de impacto social respaldada por la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), que pretende visibilizar las múltiples violencias que viven las y los camioneros y fortalecer la presencia de las mujeres en este gremio históricamente masculinizado. “Queremos dialogar sobre quienes mueven todo lo que consumimos, pero que casi nunca son vistos”, explica Castro Ibarra, antropólogo y co-director.



Nómadas de la 57 ha pasado por más de 20 festivales internacionales y obtuvo el premio a Mejor Documental Mexicano en DocsMX 2024. Pero su verdadero mérito está en cómo se mueve: sin escoltas ni alfombras rojas, recorriendo el país por las mismas rutas que transitan sus protagonistas.
En una industria concentrada en las grandes ciudades y dependiente de los circuitos comerciales, esta película se atreve a poner el cine en movimiento, literalmente. A llevarlo hasta las zonas de descanso, a los estacionamientos, a los paradores donde el país se sostiene sobre ruedas.
Porque hay historias —como las de Clara y de miles de transportistas— que no caben en una sola sala.
Y porque el cine, cuando se atreve a mirar hacia abajo, también puede ser un acto de justicia.